24 de enero de 2025
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En una decisión sin precedentes, el Concejo Deliberante de Carlos Casares aprobó por unanimidad en la Sesión Extraordinaria N° 1 un proyecto de ordenanza destinado a combatir el flagelo del ruido y las explosiones provenientes de las motocicletas con escapes libres o modificados que inundan el radio céntrico de la ciudad.

El proyecto, respaldado por el artículo 24 de la Constitución Provincial, otorga al municipio el poder de solicitar allanamientos cuando los conductores de estos vehículos intenten huir de las autoridades.

La ordenanza, que ha despertado gran interés en la comunidad, faculta al Juzgado de Faltas para llevar a cabo allanamientos, decomisos y secuestros de vehículos y objetos relacionados con el exceso de ruido, siempre con la colaboración de la policía local en el proceso.

Según el concejal Isaúl Wilner, miembro activo de la iniciativa, este proyecto representa «una herramienta más» para la Secretaría de Inspección del Municipio, la Jueza de Faltas y la policía, ofreciéndoles la capacidad de emitir órdenes de allanamiento respaldadas por pruebas y denuncias correspondientes. Wilner enfatizó que los allanamientos se realizarán únicamente para retirar los elementos causantes del perjuicio, con la presencia del propietario de la vivienda y un testigo para certificar la legalidad del procedimiento. Posteriormente, se impondrá una multa, y los materiales secuestrados serán destruidos con informes a la prensa para la visibilidad pública.

El concejal de Juntos por el Cambio, Andrés Aguirrezabala, expresó su preocupación por la situación vial y de tránsito en la ciudad y respaldó el proyecto, aunque con algunas observaciones menores.

Este paso audaz responde a la creciente inquietud de los residentes locales respecto al ruido ensordecedor que perturba la tranquilidad del centro de la ciudad. Las motocicletas con escapes libres o modificados han proliferado en los últimos años, generando una cacofonía constante que afecta tanto a residentes como a comerciantes. La medida adoptada por el Concejo Municipal busca abordar no solo la molestia cotidiana, sino también los impactos nocivos para la salud que conlleva la exposición prolongada a niveles elevados de ruido.

Este enfoque no solo destaca la importancia de la salud pública, sino también la necesidad de equilibrar el disfrute del espacio público con el respeto hacia quienes lo comparten. La comunidad de Casares ahora espera con interés ver cómo esta nueva ordenanza cambiará el paisaje sonoro de su ciudad y sentará un precedente para otras jurisdicciones que luchan contra problemas similares.