Tras un revés judicial podría cerrar la fabrica Lacteos Vidal de Moctezuma
«¡Aunque tenga que cerrar la fábrica!» La desgarradora exclamación de Alejandra Bada Vásquez, dueña de Lácteos Vidal, resonó con desesperación en Moctezuma y más allá. La reciente decisión judicial en su contra, con la obligación de pagar las costas del juicio contra el gremio Atilra, coloca a la pequeña fábrica láctea al borde del abismo.
La batalla legal, que ha sido una lucha cuesta arriba para Bada Vásquez, parece ser solo el preludio de un destino sombrío para la localidad. La Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo no solo rechazó todos los recursos presentados por la propietaria de Lácteos Vidal, sino que también la dejó enfrentando una situación financiera insostenible. Las palabras de Bada Vásquez resonaron con una mezcla de desafío y desesperación: «Sabemos que Atilra nos quiere fundir, que están empeñados porque no lograron quedarse con la fábrica. La Sala 9 parece responder a los intereses sindicales».
En medio de la incertidumbre, Bada Vásquez y su equipo se encuentran evaluando los próximos pasos con la angustia de saber que cada decisión puede sellar el destino de la empresa y, con ella, el de la comunidad de Moctezuma. «Mis abogados están estudiando los pasos a seguir. Mi padre ha dicho que esta gente no entra más a trabajar aunque tenga que cerrar la fábrica», lamentó Bada Vásquez, reflejando la gravedad de la situación.
El conflicto que envuelve a Lácteos Vidal no es nuevo. En 2022, la planta en Moctezuma sufrió un bloqueo por parte de extrabajadores y delegados del gremio lechero Atilra, impidiendo el acceso del personal a las instalaciones y desencadenando una serie de eventos que llevaron a la empresa al borde del precipicio. Tras meses de conflicto, la firma láctea se vio obligada a tomar la difícil decisión de despedir a 29 empleados por «pérdida de confianza», un golpe doloroso para la comunidad que dependía de esos puestos de trabajo.
Sin embargo, incluso las medidas legales que podrían haber sido un salvavidas se volvieron en su contra. Una medida cautelar dictada por el Juzgado Nacional de Primera Instancia del Trabajo N°69, que prohibía los despidos por huelga y ordenaba la reincorporación de los trabajadores, fue suspendida después de escuchar la defensa de la empresa, sumiendo a Bada Vásquez en un abismo aún más profundo de incertidumbre y desesperación.
El futuro de Lácteos Vidal pende de un hilo, y con él, el destino económico y social de Moctezuma. La posibilidad del cierre de la fábrica no solo significaría la pérdida de fuentes de trabajo directas e indirectas, sino también el fin de una era para la comunidad que ha dependido de esta empresa durante años. Ante el peligro inminente, Moctezuma se aferra a la esperanza de que alguna solución pueda salvarlos de la oscuridad que se cierne sobre ellos.
La Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo rechazó todos los recursos presentados por Bada Vásquez, con el respaldo de la legisladora Florencia Arietto.